Adrián Fernández / Madrid
La llegada de turistas se redujo exponencialmente en 2020 y no ha sido hasta bien entrado este año cuando los viajes han comenzado a reiniciarse. Pero, ¿cuál ha sido el impacto en los hoteles y su oferta de alimentos y bebidas? Lo que está claro es que esa necesidad de adaptación ha obligado a los hoteles a innovar, diversificar y apostar por nuevos productos o servicios.
Reiniciar, reinventar y lanzar nuevos servicios
Sin duda, está pandemia ha supuesto un importante esfuerzo para el mundo hotelero por recuperar a sus clientes. Los hoteles, debido al impacto directo de la falta de turistas, han tenido que repensar los modelos comerciales tradicionales y escuchar las tendencias de los consumidores. Se han visto en la necesidad de impulsar y encontrar nuevas formas creativas de generar ingresos y satisfacer con experiencias únicas para crear recuerdos al mismo tiempo que se garantizaba las medidas de prevención.
Hemos podido comprobar cómo los hoteles han tendido a diversificar su oferta de productos de alimentos y bebidas. Ya sea vendiendo productos locales, realizando entregas a través de aplicaciones de alimentos e incluso creando kits de comida para consumir en el hogar. Es más, algunos hoteles están adoptando cenas privadas que incluyen clases de cocina personales con un chef para tener una experiencia exclusiva de lujo.
También durante la pandemia, pudimos ver el surgimiento del modelo de negocio de cocinas fantasma que permitió a las empresas utilizar una cocina profesional con unos gastos mínimos.
Ejemplos de hoteles que se reinventaron
Abrazar el mercado local también tiene sus beneficios. Por ejemplo, en el Shangri-La de Londres, las suites del hotel se han convertido en autenticas escapadas hacia nuevos destinos. Su amplia variedad de alimentos y bebidas a medida armonizan estas suites con auténticas decoraciones de los distintos elegidos.
Otro ejemplo de reinvención hotelera lo encontramos en el True Blue Bay Boutique Resort, un pequeño complejo hotelero situado en la isla de Granada, en el Caribe. Esta isla se vio muy afectada por la pandemia, ya que era un importante destino turístico.
El True Blue Bay Boutique Resort pronto tuvo que adaptarse y operar con la pandemia presente ya que no podían permitirse el lujo de cerrar. Para ello, apostaron por el turismo local y reorganizaron el resort. Incluso desarrollaron ‘Conciertos en el balcón’, una iniciativa que permitió a los huéspedes reservar habitaciones durante la noche o el fin de semana, con comida, bebidas y entretenimiento en su habitación o balcón (todo ello cumpliendo con el protocolo COVID).
Fuente: Hotel Executive