Tendremos tiempo para verlo con más claridad cuando la perspectiva histórica nos dé o nos quite la razón, pero una de las consecuencias para el turismo que parece que va a dejar el Covid-19 es la aceleración de un proceso de exaltación de lo local.
El camino de lo local, iniciado hace ya tiempo por muchos y no abandonado por otros muchos también, parece que ha obligado a los más escépticos a poner atención por la actividad económica y los puntos de interés que se encuentran geográficamente en su entorno.
¿Puede ser que el Covid-19 nos haya hecho un poco más conscientes de nuestro entorno?, ¿puede que las distancias geográficas, reducidas a unas pocas horas por la evolución tecnológica y su bajada de costes consiguiente, vayan a tomar un papel más importante en el futuro? Es posible, desde luego. A nivel interno, no hay más que fijarse en cómo este verano, el turismo ha sido mucho más local que en años precedentes (un buen momento para recordar nuestra campaña #EsteAñoViajoPorEspaña).
Experiencia local. Un valor para el F&B.
Dentro de esa “exaltación” de lo local (y entiéndase exaltación como algo positivo), la industria hotelera está tratando de aprovechar una visión extrema de lo local para crear productos exclusivos para los clientes, mientras que apoya la economía local y también a toda la comunidad.
Larry Mogelonsky, director de la consultora Hotel Mogel, ha firmado un espectacular artículo en el que se pregunta cómo diferenciarse de la competencia en este sentido. “La respuesta es profundizar en su cultura y tradición, y simplemente superar a sus rivales a través de lo que yo llamo «local extremo»”, afirma.
Mogelonsky asegura que se trata de crear programas y paquetes desarrollados completamente y con un sentido de exclusividad. En su artículo, menciona algunos ejemplos de cómo satisfacer las expectativas de los clientes en las habitaciones o a través de excursiones, pero centra su discurso en los acuerdos entre los departamentos de F&B y las compañías locales. Refrescos locales, barritas energéticas fabricadas por una compañía de la comarca, degustaciones, etc. son algunos de los ejemplos que da. Todo se puede incluir en el paquete de actividades y también en la carta del restaurante, en el desayuno o en cualquier punto de venta y momento de consumo. En este caso, lo esencial es saber comunicar esa experiencia local y que no pase desapercibida.
Otra de las ideas que propone en su artículo es la de cerrar programas de compras locales con descuentos exclusivos en los comercios locales, lo que puede suponer un gran empujón para el desarrollo de la región gracias a una campaña de marketing única.
Según Mogelonsky, este proyecto puede llevar tiempo, pero no debería suponer una gran inversión económica antes de su ejecución, por lo que los resultados y la satisfacción del cliente llegaría cuando comenzara la inversión. “Lo importante son las ideas”, finaliza.