Adrián Fernández / Madrid

El 84% de los hoteles de España han vuelto a abrir sus puertas. Así se desprende de un nuevo estudio elaborado por las consultoras Atlas RE Analytics y Gesvalt que apunta que, en total, más de 14.400 establecimientos hoteleros en nuestro país operan con normalidad. Además se recupera la tarifa media diaria, que se sitúa en 102,9 euros. Igualmente el número de camas crece un 0,1% hasta alcanzar un total de 109 por establecimiento.

A pesar de estos datos esperanzadores, en temporada alta, la ocupación ha caído un 25,1%, situándose en el 56% y los ingresos por habitación disponible, con 57,20 euros, están aún un 25,8% por debajo de los números de hace dos años.

Diferencias entre los destinos de interior o de costa

Según apunta este estudio, a principios de año, más de la mitad de los hoteles de interior (55%) habían abierto mientras que en la costa lo hacían un 42%. Eso sí, fue la temporada de verano la que favoreció la evolución de aperturas en las zonas de costa y turísticas. En la actualidad, el 15,5% de los hoteles que permanecen cerrados están en ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla.

Asimismo, se espera que la evolución del número de turistas y pernoctaciones crezca en las zonas con un mercado de turismo interior, como pueden ser Navarra o La Rioja, o que disponen de una combinación de turismo de sol y playa con turismo cultural, como Andalucía. Es más, tal y como refleja este informe, estos lugares podrían llegar el año que viene a unos niveles de negocio similares o incluso superiores a los registrados antes de la pandemia.

Por otra parte, vinculado estrechamente a los factores del número de viajeros y a la duración media de las estancias, la evolución de las tarifas diarias se esperan que sean positivas para 2022, alcanzando en la mayoría de las regiones datos de ingresos medios por habitación y de Ingresos por habitación disponible similares o superiores a los de 2019.

Estos datos podrían ser incluso más positivos en las zonas de costa, especialmente en lo que respecta a los ingresos medios por habitación, que volverán a verse más potenciadas que las provincias interiores, mientras que una normalización del interés por el turismo rural a medida que vuelvan a estar disponibles otros destinos ausentes en 2020 y 2021 provocará menores crecimientos de tarifas en las regiones interiores.