El F&B hotelero entra en un punto de no retorno. O las empresas lo hacen despegar o muchos hoteles caerán al montón de los que hay muchos.
Según la OMT (organización mundial de turismo) más de un tercio del gasto de un turista se dedica a la alimentación.
Está demostrado que la gastronomía es el atractivo más valorado por los turistas que visitan un país y cada vez hay más gente cuyo motivo principal para viajar es la gastronomía.
Ante esta nueva realidad ya no sirven las respuestas que se daban antes del estado de alerta. Entramos en una nueva era que trae consigo un cliente hiperconectado, superinformado y ahora mucho más exigente y crítico que lo era antes del 13 M.
Ello obliga a los hoteles a innovar en la gestión de sus departamentos de F&B y no cualquiera puede hacerlo con éxito.