Juanjo Martínez, miembro fundador del Club TOP F&B y CEO de Lalola&Co

Vivimos tiempos confusos para los departamentos de F&B y, con un sector enfrentándose a una de las peores crisis que se recuerdan, muchos profesionales se encuentran en serios aprietos defendiendo la necesidad de innovar los modelos de gestión para aumentar el valor y optimizar recursos.

En ocasiones puede resultar complejo transmitir la necesidad de invertir ahora en mejoras que aumenten la eficiencia de las operativas, reducidas y forzadas a adaptarse  a un nuevo cliente, más local y exigente, que demanda actualizar las ofertas, los servicios y los horarios a sus hábitos de consumo y que se posiciona como la única opción para compensar la falta guiris que ya padece la industria turística de nuestro país.

 

Cómo debe contribuir el F&B al hotel  

El F&B para el 2021 debe verse, si se confía en un acreditado y experimentado profesional, como una propuesta  de valor que contribuye al aumento del RevPAR y permite justificar una tarifa de habitación más elevada.

En ocasiones también es cierto que puede acabar siendo un servicio de alto riesgo para la reputación y los costes del hotel. Sobre todo si se deja en manos inexpertas, se menosprecia la importancia que le otorga el cliente a la oferta gastronómica o se minusvalora el peso que tiene en la decisión de reservar una habitación.

En cualquier caso el F&B se va a constituir en el principal nincho de oportunidad para aquellos hoteles que aspiren a diferenciarse y destacar en un mercado escaso de demanda y sobresaturado de ofertas a precios de derribo.

Por mi experiencia en reorientar empresas que padecían situaciones muy complejas por la falta de liquidez o de competitividad, y si me permiten el consejo, tengo claro que para rentabilizar un restaurante hay que potenciar los ingresos y aumentar la eficiencia.

Ante los momentos que estamos viviendo, en los que las tarifas de las habitaciones se devalúan, cualquier estrategia debe pasar por la activación y la potenciación de los servicios que son generadores de valor, como escudo de protección de la marca y palanca de dinamización de los ingresos.

 

El nuevo mercado del F&B

Muy a mi pesar, ya se empieza a intuir que, a partir de septiembre, la mayoría de las empresas hoteleras comenzarán a reducir significativamente sus estructuras y las operaciones de alimentos y bebidas.

La oportunidad casi siempre se encuentra en el riesgo. Saber gestionarla y hacerlo con éxito no pasa ni por el derroche ni por la miseria. Hay un término medio.

El mercado ha cambiado y el cliente ha evolucionado.

El que no cambie se caerá y es imposible cambiar a tiempo real sin estrategia a medio plazo ni inversión para poder adaptarse a tiempo real a los cambios que demanda el nuevo mercado turístico.

Y sin adaptación hay defunción. No importa el tamaño. La Historia siempre acaba recordándonos a Blockbuster, Nokia, Kodak…

Cantaba Serrat la historia de Penélope que se quedo sentada esperando a su amor en la estación.

Del mismo modo algunos siguen esperando que los mismos turistas lleguen esta temporada hasta las puertas de sus hoteles.

Empieza el baile de F&B. Prepárense para ver la caída de grandes cadenas hoteleras. Sí, por la falta de clientes, pero también por su incapacidad para aceptar los cambios y la imposibilidad de adaptarse a una nueva demanda de mercado que exige más valor por menor tarifa.

Decía la canción:

Pobre infeliz,

Se paró tu reloj infantil,

Una tarde plomiza de abril,

Cuando se fue tu… (con su permiso añado) turista.

 

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