La pandemia del coronavirus ha sido devastadora para la industria turística, es una realidad con la que muchos de nosotros y nosotras seguimos luchando para salir del bache lo antes posible (según un informe de Deloitte, la restauración y hostelería no se recuperarán entorno al 2023 y 2024). El último informe de Caixabank sobre el sector turístico analiza en detalle el impacto que ha supuesto la Covid-19 de la industria turística.

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Todas las métricas que se han ido conociendo al cierre de año muestran que el impacto de la pandemia sobre el sector ha sido devastador. Los hoteles y toda la demanda turística no pudo remontar durante el 2020 tras el parón total vivido durante los meses de marzo, abril y mayo al nivel del año 2019. A pesar de que los contagios se habían reducido y la pandemia estaba bajo control en los meses de verano, la situación no pudo salvarse. Además, las siguientes olas vividas en septiembre, finales de 2020 e inicios de 2020 trajeron consigo restricciones a la movilidad, nuevas normativas de flujo turístico y medidas que impedían que se extendieran la influencia del sector del turismo internacional.

Las perspectivas de 2021 invitan a ser más optimistas. La elevada efectividad de las vacunas y su distribución durante estos meses, aunque con importantes diferencias de velocidad entre países, apuntan a que el inicio de la recuperación del turismo en Europa podría materializarse en la segunda mitad del año. No obstante, esta recuperación no está exenta de riesgos, especialmente a corto plazo. Tras el control de la tercera ola en España, ya estamos observando cómo algunos países de nuestro entorno comienzan a sufrir incrementos en el número de contagios. Será importante que el virus se mantenga controlado en España y, a poder ser, también en Europa para que el inicio de la recuperación del sector se adelante lo máximo posible, evitando que las pérdidas se extiendan a lo largo de la primavera y al inicio de la campaña de verano.

En este informe se analizará:

  • El turismo rural como respuesta a la Covid-19: los destinos fuera de las ciudades se han puesto en primera fila entre los más demandados tras el estallido de la pandemia. Las necesidades han cambiado y la gente busca cuidarse y cuidar a los suyos, atrayendo cualquier destino que vele por el distanciamiento social. «En este artículo recurrimos a técnicas de análisis de big data para analizar la evolución de los pagos con tarjeta efectuados por los turistas domésticos e internacionales según las características de los destinos que visitaron. Los resultados confirman la mayor resiliencia de los destinos turísticos rurales durante 2020 y dibujan unas perspectivas positivas para el turismo rural de cara a 2021».
  • La necesidad de alzar el vuelo en 2021: el transporte aéreo ha sufrido una caída muy profunda de la actividad en 2020. Las compañías aéreas están atravesando una etapa que combina elevados costes de capital por sus grandes estructuras y una ausencia casi total de ingresos operativos. Este año se presenta como el año de inflexión que necesita el sector turístico: el avance de las campañas de vacunación y la aprobación de medidas como el pasaporte sanitario serán claves para que el transporte aéreo inicie su camino hacia la recuperación y vuelva a ser uno de los puntales del sector.
  • Turismo en rebajas: la baja de precios: este estudio también analiza las rebajas de precios que el sector turístico ideó para atraer más clientela pero que, desgraciadamente, También analiza el ajuste de precios que ha llevado a cabo el sector turístico, especialmente la rama hotelera, tuvieron una capacidad muy limitada de estimular la demanda. El cambio de preferencias a la hora de viajar que ha traído consigo la pandemia ha comportado que los turistas apuesten por destinos cercanos, familiares y poco congestionados, dando menos prioridad al precio y minorando el efecto llamada de la gran rebaja de precios hoteleros.

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